i-public@
reflexiones sobre administración pública inteligente

miércoles, 25 de febrero de 2009

El 2.0 en lo público: Más querer que poder


Hace unos días Carlos Guadian publicaba en su blog k-government un post titulado La Revolución dospuntocerista en las AAPP en el que reflexionaba sobre la progresiva (pero lenta) introducción de valores dospuntocero en algunos ámbitos de la Administración. Siendo el post magnífico, lo es aún más por la avalancha de comentarios que ha ocasionado sobre las dificultades/posibilidades de evolucionar hacia un modelo y el debate que ha suscitado.


Desde este blog hemos hablado en numerosas ocasiones sobre la web 2.0 y la Administración pública, destacando que lo importante del 2.0 no son simplemente las herramientas ni la utilización de las mismas, sino sus valores como posible respuesta a un cambio que se demanda a gritos en el funcionamiento de la Administración. Ese cambio del que hablo no es algo banal, sino una reforma estructural crucial para poner a este país en la vanguardia a la salida de la crisis sistémica que estamos viviendo y se añadiría a otras reformas que se vienen escuchando últimamente de otros ámbitos socio-económicos.


Partimos de la base de que la Administración pública es un ente complejo y está sometido al imperio de la ley. En ese sentido creo que es importante asumir que el dospuntocerismo puro en lo público será imposible, no sólo porque los purismos en general no sean aconsejables, sino porque lo público en algunos aspectos de su acción (p.ej. el ejercicio de autoridad) es radicalmente incompatible con los valores que sustentan la web social.


No obstante, muchas de las pegas que se puedan poner al desarrollo de un nuevo modelo de Administración más abierta podrían ir siendo superadas en el tiempo con una apuesta firme por hacer las cosas de otra manera. En especial, en donde sí cabría posibilidad como en el diseño/producción de servicios, los procesos de e-democracia, la generación y estimulación de comunidades o la escucha para detectar las necesidades sociales (totalmente de acuerdo en ese sentido con drjordan o alorza).


Una de las cuestiones que se comenta en el debate es el derecho administrativo y el aspecto de legalidad. Ciertamente es uno de los frenos más importantes, si no el que más, llevándonos incluso a la sacro-santa e intocable Constitución como base de todo el ordenamiento. En este punto yo me planteo si la ley es una herramienta de la que se dota una sociedad para regular sus relaciones o si las leyes se formulan para que sean inmutables, supongan escollos insalvables y, en definitiva, generar más problemas que los que resuelven. En España, es de sobra conocido, tendemos a pensar que todas las cuestiones se resuelven a base de formular leyes y, así nos va, con un aparato legal inmenso cuya aplicación, cuando menos, a veces es discutible por llevar a los ciudadanos a litigios judiciales imposibles de asumir si desean ejercer sus derechos.


Quizá deberíamos razonar en términos que el derecho administrativo no sea el problema , sino la solución en los nuevos escenarios que se plantean, siendo el mecanismo legal que ponga las garantías adecuadas en las lagunas que puedan plantearse en estos nuevos escenarios. Pero reconociendo que dicho mecanismo legal necesariamente tendría que ser diferente tanto en su ámbito de actuación como en los resortes que utilice: ¿tiene sentido que se aplique el procedimiento con la misma intensidad en la prestación de un servicio que en un ejercicio de inspección? ¿es el papel el soporte imprescindible para la acción administrativa?.


Por último, un mensaje optimista: no nos llevemos las manos a la cabeza que no es ciencia ficción; ya se ha hecho. La Agencia Tributaria lleva años actuando en esta línea: sin ser yo jurista todavía recuerdo una conferencia magnífica que su director jurídico (abogado del estado él) nos dió sobre cómo habían estirado los mecanismos legales a través de sucesivas reinterpretaciones y de generación de normativa específica complementaria para que, por ejemplo, se pudiera hacer una confirmación de borrador de la renta por SMS o por TDT.


No nos engañemos, las cosas se pueden plantear de otra forma; poderse se puede, otra cosa es que se quiera.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estamos de acuerdo, Óscar, pero quiero matizar que no hace falta subrayar que el dospuntocerismo es imposible. La Administración es enorme y muy variada. Hay barrios donde llegará lo 2.0 con nitidez y otros donde no podrá. Eso es lo normal.

Por lo demás, comparto tu análisis y me parece que está muy bien expresado.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que es ya momento de acometer la acualización de la legislación administrativa, pero no estoy seguro de que sea positivo una minoración de la misma; los derechos que en su día se regularon están para ofrecer garantías a los ciudadanos, y en mi opinión, no sobran. Cosa distinta es que deba adecuarse la normativa a los nuevos escenarios y oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
Pero en cualquier caso, no me gustaría desviar el tema. Lo principal en todo este asunto, a mi modo de ver, es que el uso de herramientas 2.0 es YA posible en la Administración, sin necesidad de cambio normativo alguno. Obviamente, más importante que el uso de estas herramientas será la asunción de nuevos valores en las administraciones. Por ahí es por donde se irá marcando el camino de la evolución del modelo; y de hecho ya ha empezado (ejemplo de ello puede ser el uso de blog, encuestas, e incluso Twitter para el Plan E).

Anónimo dijo...

Óscar cierto que querer es poder, pero quien tiene que querer es el que puede... Es decir, el liderazgo en el cambio es muy importante y aunque la revolución en la web social se sustenta por que viene de las bases, en la AAPP tienen que ser sus gestores los que tienen que empujar y promover el cambio.

ocortes dijo...

@alorza, gracias
@drjordan, estamos de acuero que el derecho administrativo tiene su papel. Pero, ¿no te ha pasado que como ciudadano te sientas en inferioridad respecto a la Administración? Sus supuestas garantías a veces creo que redundan más en la indefensión que en otra cosa. Yo lo que planteo no es que desaparezca ni mucho menos, sino una redefinición amplia del mismo que es necesaria.
@carlosguadian, sí es difícil que los cambios vengan impulsados por el ordenanza de turno