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reflexiones sobre administración pública inteligente

lunes, 19 de enero de 2009

La AGE se aferra a seguir igual


La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, comentaba el otro día en el Foro Madrid un titular que destaca Expansión.com: España tiene ejércitos de funcionarios administrando competencias duplicadas. A pesar de no entenderme mucho con Aguirre en multitud de asuntos y, sin entrar en valoraciones políticas, es una frase que comparto bastante, aunque con la salvedad de que sus motivos y los míos para suscribir esta afirmación serán diferentes. Seguramente ella, desde su posición ideológica ultra-liberal, lo dice para recriminar a lo público de ineficiente y justificar que el Estado retroceda frente al mercado, dejando una Administración de mínimos. Mi punto de vista es diferente: la AGE necesita una profunda reorganización, redefinición de puestos de trabajo, eliminación de puestos de escaso valor y, por supuesto, adaptar su volumen de efectivos pero para funcionar mejor. Seguramente necesitemos una AGE con más cabeza y menos músculo.

Voy a poner dos ejemplos: hace un par de semanas me encontraba en el AVE con un viejo amigo que hoy está de subdirector general adjunto en un ministerio. Hablábamos de cómo funcionan por dentro los ministerios y sus ineficiencias. Me comentaba que en su subdirección general había numerosos auxiliares cuyas funciones hoy en día carecían de sentido, bien porque no tenían nada que hacer o porque lo poco que hacían (una fotocopia) lo podía hacer él mismo. Sin embargo, en vez de suprimir estos puestos cada vez que se producía una vacante, ¡pues no!, ésta se sacaba a concurso para su provisión... Y no sólo eso, sino que además estaban viniendo a cubrir dichos puestos personal de otros ámbitos del sector público donde sus puestos sí eran necesarios (no puedo dar más detalle). Además, los responsables de servicios, áreas, etc. recibían directrices "de arriba" para que dieran trabajos a dichos auxiliares, trabajos muchas veces absurdos e innecesarios, pero que era mejor que tenerlos de brazos cruzados todo el día.

Otro ejemplo: desde el pasado 1 de enero, el BOE únicamente se edita en versión digital. Pasan a la historia los miles de ejemplares en papel que eran distribuidos a diario por los numerosos negociados de la Administración. El antiguo organismo autónomo, en virtud de la Ley de Agencias, se convierte el año pasado en agencia estatal. Desconozco la RPT de la nueva agencia, ni los efectivos de que dispone ni los puestos de trabajo existentes. Pero una cosa hay segura: existiría un elevado número de personas destinadas en la imprenta o a distribución que se habrán quedado sin contenido. Lo normal es recolocar a dicho personal o ir amortizando vacantes que se puedieran producir. No he oido nada todavía a ese respecto.

La realidad es clara: más allá de promesas electorales (que las hay) la AGE se resiste a adaptar su estructura a los nuevos tiempos y eso no es de recibo. Como ciudadano y profesional de lo público creo que hay que denunciarlo.

5 comentarios:

miguel dijo...

cuanta razon tienes... yo trabajo en el sector sanitario publico y me siento tal cual dices

saludos
miguel

Anónimo dijo...

A mi la frase de Aguirre me hizo temblar. No supe si lo que quería decir era que quería acabar con la descentralización Administrativa o aplicar un ERE en las AAPP. Cualquier opción, por supuesto, aplicada con esas formas marca de la casa.

Anónimo dijo...

Óscar tal y como dices hay puestos de trabajo que tendrían que amortizarse pero imagino que no es tan sencillo. Totalmente de acuerdo con tu razonamiento.

Saludos,

ocortes dijo...

@ apunteselectronicos, no creo que se trate de EREs en la Administración. Simplemente cuando se produzcan vacantes ver si realmente hay que cubrirlas y si no amortizar o reclasificar ciertos puestos de trabajo.

@ carlos guadian, sí creo que se pueda hacer. La cuestión es SI SE QUIERE HACER. En algunos ámbitos se han hecho, porque políticamente se quiere hacer

Rafael dijo...

Oscar, totalmente de acuerdo. Pero yo vuelvo a lo de siempre, no hay interés político por modernizar la Administración, sólo por aparentarlo. Mientras tengamos en puestos claves personas más interesadas en defender sus intereses corporativistas que los de la ciudadanía será imposible.