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reflexiones sobre administración pública inteligente

lunes, 7 de marzo de 2011

El síndrome del jefe de negociado


El sistema de gestión de personas en la Administración tiene "larga" tradición. Tan larga que el "gap" entre las necesidades que plantean los tiempos que corren y las soluciones que proporciona dicho sistema es cada vez más insostenible.

La función directiva representa muy bien lo que estoy diciendo. La complejidad de los asuntos a los que se enfrentan las Administraciones requieren un perfil profesional específico, con competencias y habilidades que diferentes de las que tradicionalmente han correspondido al "jefe" en el aparato burocrático. El sistema de puestos y de promoción profesional que rige en las Administraciones favorece en exceso lo que yo llamo el "síndrome del jefe de negociado": cuando el que accede a la Administración va ocupando sucesivamente puestos de jefatura en unidades orgánicas que van cambiando de nombre (sección, servicio, área, subdirección...) y tamaño, pero las características de su función directiva permanecen constantes a lo largo de los años.

El paso de funcionario (en cualquiera de sus cuerpos o escalas) a directivo con un adecuado reciclaje profesional hacia las nuevas funciones no sólo es posible sino hasta deseable pero no como comúnmente ocurre en nuestas Administraciones en las que dicho reciclaje no se produce y tenemos a los anteriormente mencionados "jefes de negociado" actuando como tales pero con el título de directivos, mucho presupuesto y mucha mayor responsabilidad.

Los efectos de esta práctica son demoledores: el enfoque a la tarea, el tratamiento maquinal de procesos y personas y la escasa orientación a resultados del "jefe de negociado" son incompatibles con el papel de motivador de personas, gestor del entorno político-administrativo y enfoque a objetivos que debe caracterizar al directivo. Todo ello provoca un estancamiento tanto de la organización en si misma como una desafección y alejamiento del compromiso de los profesionales públicos a su cargo.

Este desajuste y la proliferación de "jefes de negociado" en la cúpula administrativa de las distintas organizaciones públicas explica buena parte de los problemas que presentan las mismas y por qué a veces tienen tantas dificultades para atender las cada vez más complejas necesidades sociales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo lo llamo el problema de los indios. Demasiados jefes indios para tan pocos indios a los que mandar. Sin duda el termino "jefe de negociado" es uno de los anclajes con el pasado del que le cuesta soltarse a la administración.

belén dijo...

Muy interesante tu reflexión. Estoy de acuerdo. ¿Por qué prefiere la administración "jefes de negociado" en lugar de líderes (en cualquier nivel)? A reflexionar de nuevo.