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reflexiones sobre administración pública inteligente

lunes, 14 de marzo de 2011

La falacia de la norma en la economía sostenible


Los que me seguís habitualmente conocéis el escaso entusiasmo que me despierta la Ley de Economía Sostenible. Hace unos días - tras más de un año (tela!) de tramitación - que apareció publicada en el Boletin Oficial del Estado y ya la tenemos en vigor. Algunos - los que creen que con leyes se hacen políticas públicas ("falacia de la norma") -pensarán que con ella en pocos años se resolverán los mayores problemas de nuestra economía. Dejadme al menos ser un poco escéptico: nada más lejos de la realidad.


Cierto es que por "economía sostenible" podemos entender "casi de todo" y que no es más que un ámbito amplio de políticas públicas de muy diverso pelaje que tienen por objeto hacer de nuestro país un espacio económico más competitivo en el largo plazo. Intentar meterlo en una ley a lo "cajón desastre" parece -cuanto menos- un poco forzado. Tendremos además que esperar un tiempo a que los diferentes reglamentos vayan concretando lo que no lo está todavía, por lo que esta ley (a lo "omnibus") se irá diluyendo en el tiempo al mismo tiempo que se va desarrollando.


En lo que afecta al sector público lo que la ley nos viene a decir es que en una economía sostenible hay que apostar por :


  • Regulación de alta calidad, bien dimensionada y eficaz,

  • Administración menos burocratizada, que más imponga menores cargas a las empresas,

  • Sector público tractor de sectores estratégicos (Administración verde, compra pública de innovación, etc.),

  • Colaboración público-privada,

  • Administración también sostenible en si misma financieramente hablando.

No encontramos nada nuevo. Son tendencias la mayoría consolidadas que están impregnando la actuación pública desde hace tiempo. Me habréis oido hablar de ellas de una u otra manera en numerosas ocasiones.


¿Por qué entonces esta ley? A efectos prácticos carece de utilidad; entiendo que a efectos jurídicos tampoco aclara nada ni es necesaria. Seguramente su razón de ser radica en que sea ella misma el exponente visible de una señal que políticamente se considera de máxima importancia: ."hay que hacer nuestra economía competitiva". Este puede ser el objetivo y la LES la solución. La falacia de la norma hace el resto.

2 comentarios:

Monica dijo...

hubo un gran encuentro el año pasado en uno de los salones de fiestas en capital sobre la economía sostenible.. acompañe a mi esposo. fue realmente interesante. sabes si habrá otro?

Carla dijo...

Yo tampoco creo en la economía sostenible. En el ámbito empresarial, las buenas intenciones se las lleva el viento. Mi hermano realizó un ciclo formativo de grado medio y luego se sacó una carrera.¿Y qué encuentra? Trabajos pagados a 2 euros la hora.