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reflexiones sobre administración pública inteligente

martes, 3 de mayo de 2011

Efectos de eAdministración: estabilización del capitulo I



He leido con mucho interés los dos post de la serie Puesta en valor del #egov que Andrés Nin está publicando en su blog estos días. Después de años en los que la prioridad ha sido impulsar proyectos de todo tipo de Administración electrónica y normativas que les den amparo jurídico parece buen momento de abordar una nueva fase en la que el estímulo de la demanda y la cosecha de beneficios sean los protagonistas.



No estamos hablando de elementos aislados: cuanto mayor sea el tirón de la Administración electrónica entre ciudadanos y empleados públicos mayores serán los beneficios obtenidos y más rápidamente se retornarán las inversiones. Por ello, hay que ser constante ( "gota malaya") e insistir -aún con poco presupuesto- en iniciativas como la campaña de comunicación que el Ministerio Política Territorial ha puesto en marcha recientemente para dar a conocer las ventajas de los servicios públicos electrónicos que más pueden interesar a los ciudadanos y que menos exigencias técnicas (e-firma, certificados, etc.) plantean.




Andrés Nin ha empezado hablando de dos bolsas de beneficio importantes: la reducción de cargas administrativas y el menor impacto medioambiental. Seguramente esté a punto de hablar de una tercera, que a mi personalmente me parece de las más importantes: el impacto sobre el capítulo I (gastos de personal).



Opino que en los próximos años es preciso abordar un Plan Integral de Reordenación de Efectivos como impacto directo de la e-Administración. Un Plan intra-administrativo, de naturaleza transversal, que tenga en cuenta las necesidades de personal en los diferencios ámbitos en los que la e-Administración vaya sustituyendo progresivamente a la Administración en papel tradicional, especialmente en los back-office o unidades de tramitación de las Administraciones. Un Plan a largo plazo, cuyos resultados plenos difícilmente veremos en menos de diez años, pero que tendría que lograr ir modificando el perfil, número y distribución de los diferentes efectivos.



Un plan que precisa, ya de entrada, plantearse cambios sustanciales en las ofertas de empleo público de nuevo ingreso. Que requiere revisar las relaciones de puestos de trabajo, amortizando vacantes (¿quién necesita ordenanzas que muevan papeles?), cesando interinos y reclasificando puestos. Un plan que requiere adjunto un proyecto formativo de hondo calado que contribuya a reorientar profesionalmente al personal cuyas funciones han quedado sin sentido gracias a la Administración electrónica.



Todo ello es necesario y sus beneficios directos a largo plazo servirán no sólo para amortizar inversiones sino, como no, para darle una vuelta de calcetín a nuestra Administración.

1 comentario:

@Litusillo dijo...

Primero Felicitarte por él post, desde mi punto de vista has dado de pleno en cual debe de ser la estrategia a futuro para modernizar y sobre todo adaptar las Administraciones a los nuevos tiempos y con ello hacer efectiva la implantación de la Administración electrónica. Creo que hay tres grandes elementos fundamentales para llevar a cabo el objetivo, todos ellos se tienen que ejecutar de forma acompasada:
La Reforma de la Función Pública. (Muy claramente expresado en los párrafos 4 y 5), necesitamos cambiar y definir los nuevos perfiles para el futuro, flexibilizar las funciones que realizan (yo solo hago fotocopias, o ésta labor que realiza un Nivel A yo no la puedo hacer como nivel B, aunque no esté asignada en las funciones de ninguno de los dos). Para todo ello creo que es importante, un acuerdo o consenso con los sindicatos, pasando de la defensa de las funciones de cada uno de los niveles (nueva función tiene que implicar nuevo complemento) a velar por la eficiencia y eficacia de la prestación de los servicios y por la buena valoración de los ciudadanos como receptores de los mismos.
El proceso de Simplificación Administrativa, todos estamos de acuerdo en tener que reducir los procedimientos administrativos, pero para ello necesitamos reformar (o incluso eliminar) legislación excesivamente garantista (en algunos casos se está velando por cubrir el caso 1 de 1.000.000 de posibilidades penalizando el resto, que a la postre son el día a día de la gestión convirtiéndola en un calvario de tramitaciones).
El Uso de la Tecnología, nadie en estos momentos pone en duda el valor que puede aportar la tecnología para obtener los objetivos planteados, pero siempre teniendo en cuenta, que es un medio facilitador y no un fin en sí misma. Es fundamental tecnificar lo simplificado previamente y no usar la tecnología para seguir haciendo lo mismo, pero eso sí, con ordenadores.
Todo esto por supuesto tiene muchos matices…