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reflexiones sobre administración pública inteligente

lunes, 18 de julio de 2011

¡Sí al servicio público!


"Hay que acabar con los funcionarios incumplidores" "Apuesto por evaluarles y hacerles ver que no son dueños de su puesto" "Un llamamiento a la cooperación solidaria dentro del sector público, porque más vale que lo hagamos minimizando las medidas más dolorosas y distribuyendo el dolor" . Afirmaciones de este tipo- pronunciadas los últimos días por destacadas personalidades como son el presidente de la CEOE, Joan Rosell, y el Conseller de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell- no deberían sorprender a nadie. Pedir al sector público y a sus trabajadores que proporcionen un buen servicio a los ciudadanos, que se tome nota de aquellos empleados públicos que no cumplan o que las Administraciones deben contenerse ante los graves problemas socio-económicos de nuestro país creo que es de sentido común y algo que cualquiera podríamos suscribir.

Ahora bien, ¿cuáles son las verdaderas intenciones de declaraciones de este tipo? ¿Promover realmente una mejora del servicio público? ¿O cargar sobre él más de los sanbenitos de siempre -ahora que el Pisuerga de la crisis pasa por Valladolid- como cohartada para cierto tipo de medidas?. Que cada lector obtenga su propia respuesta.

Lo cierto es que son momentos de reivindicar el papel de lo público y sus servidores como factor vertebrador económico y social de cualquier Estado. Reivindicar no es sólo destacar los aspectos positivos, sino también poner una mirada crítica sobre el funcionamiento de nuestras Administraciones con el objeto, no de desligitimarlas sino todo lo contrario: con el objeto de reforzarlas y ponerlas al día para que presten el mejor servicio a los ciudadanos. Este es el leit-motiv de este blog.

Como ciudadanos podemos y debemos ser muy exigentes con las Administraciones y sus empleados. Son éstos los que deben tener muy presentes todos los días un código deontológico olvidado en muchas ocasiones.

Pero, ojo, no carguemos la culpa en el "funcionario" como parece que está de moda desde muchos estamentos: al final él mismo es parte de una estructura, de un modelo -el burocrático- que le reserva un rol impersonal supeditado a una jerarquía y a unas normas ancladas en vetustos patrones que muchos apostamos por mejorar. Hace algún tiempo, desde la blogosfera pública un grupo de funcionarios emprendedores lanzaron un Manifiesto que muchos otros suscribimos. Me ha parecido oportuno rescatarlo en estos momentos.

¡ Tengamos también esto en cuenta por favor !

1 comentario:

davidrjordan dijo...

Gracias Óscar por la referencia.
Parece que es más fácil los ataques populistas superfluos que intentar analizar el fondo del asunto en la búsqueda de la forma de evolucionar y mejorar nuestro sistema.