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reflexiones sobre administración pública inteligente

martes, 10 de marzo de 2009

La colaboración público-privada bajo una perspectiva técnica


He tenido la oportunidad de asistir a la jornada titulada La Colaboración Público-Privada en la Gestión de SErvicios Públicos: Perpectiva Técnica y Valoración Social que se ha celebrado en el Instituto de Formacion y Estudios del Gobierno Local de Madrid (lo siento pero no he encontrado el link, la web de Madrid deja mucho que desear).


El programa tenía su interés al aunar un enfoque técnico de lo que es la relación público-privada en la gestión pública, la experiencia de una Administración importante como es el Ayuntamiento de Barcelona y una perspectiva social de cómo se ven este tipo de fórmulas desde la patronal y los sindicatos. La sala estaba completa y lógicamente algunas presentaciones han despertado mayor interés que otras, como suele ser habitual en este tipo de eventos. Por desgracia la agenda me ha impedido asistir a la última parte (debate social) por lo que mi post irá destinado a resumir las ideas más importantes del enfoque técnico y la experiencia de la Administración.


Para desarrollar el enfoque técnico los organizadores han elegido la experiencia de una consultora en el asesoramiento a Administraciones y sector privado en este tipo de relaciones (en este caso PriceWaterhouse Coopers) y un punto de vista académico que ha defendido Tamyko Ysa, profesora del Instituto de Dirección y Gestión Pública de ESADE.


El directivo del área de Project Finance de PriceWaterhouse (no anoté su nombre porque cambió en el último momento) desgranó los puntos clave de la cooperación público-privada. Como suele ser habitual en este tipo de ponentes habló en clave muy generalista y no voy a reiterar aspectos de los que ya he hablado con detalle en anteriores post. Sí me quedo con una idea fundamental: la necesidad siempre de encontrar el equilibrio en la relación pero hoy especialmente en el aspecto de la viabilidad económico-financiera de los proyectos. Se refería a proyectos de grandes infraestructuras con abultados presupuestos y a los elevados riesgos en que están incurriendo las Administraciones por no contemplar en el proceso que la financiación de dichos contratos difícilmente está cerrada cuando se adjudican, situación que está ocurriendo con relativa frecuencia por las dificultades del sistema bancario y las plazos tan ajustados de los procedimientos que no dan tiempo a rematar acuerdos entre el concesionario y los actores que formarán parte de la colaboración. En ese sentido, el músculo financiero que se requiere por parte de los privados que optan al "negocio" es importante ya que, además, la rentabilidad va creciendo conforme avanzan los años de la concesión.


Incidió además que sería conveniente entender que la complejidad y derivadas de este tipo de macro-proyectos requieren de plazos más holgados, una mayor profesionalización en el diseño del contrato que defina la relación y la necesidad de desarrollar fórmulas como el diálogo competitivo que introduce la nueva Ley de Contratos de Sector Público para que todo el proceso se trabaje conjuntamente entre los actores público-privados para maximizar los resultados del mismo. ¿Alguien se imaginaría a dos empresas negociar un contrato de 200 millones de euros? Se tomarían su tiempo en cerrar un contrato, estudiando todos los riesgos y asesorados por los mejores profesionales.


La profesora Tamyko Ysa destacó la elevada relevancia que están adquiriendo las fórmulas de relación público-privada con sus muchos éxitos y también algunos fracasos (el metro de Londres). Siendo el Reino Unido el lugar donde nació este concepto y donde más se recurre a él, España está en los países de cabeza (por las concesiones) lo que podría en principio sorprender. En su opinión tantas esperanzas pueden ser exageradas y deberían bajar un poco porque al final no se trata más que de una herramienta de gestión.


Profundizando un poco en los partenariados público-privados (PPP) que es la fórmula de relación público-privada más compleja la profesors Ysa dió una definición sencilla pero contundente: carácter duradero, trabajo conjunto, compartir riesgos-costes-beneficios. Y nos habló de dos tipos:


  • Los PPP contractuales, en los que la Administración encarga el servicio a una empresa privada bien para la diseño-construcción-explotación (concesiones).

  • Los PPP institucionales, en los que Administración y sector privado se unen para compartir un proyecto, normalmente no acotado (desarrollo local, promoción económica, etc.). Se elige la fórmula de las sociedades mixtas, consorcios, etc.

En contraste con el ponente de Price que defendía que el mayor coste de la operación se compensaba por las ganancias en eficiencia y en la transferencia de riesgos, la profesora de ESADE indicó que dicha compensación no siempre se produce siendo necesario añadir también a los costes los de transacción y de control . Además, el coste de un hipotético fracaso suele asumirlo siempre la Administración y en última instancia los políticos que la dirigen.


Un directivo público como Carles Arias, gerente de recursos humanos y organización del Ayuntamiento de Barcelona, nos presentó brevemente la experiencia (que viene de lejos, de la época de los Juegos Olímpicos) de su Administración en el uso de las fórmulas de colaboración público-privada y para qué les ha servido:



  • Una herramienta clave de su estrategia corporativa y posicionamiento global.

  • Modelo ligado a la idea de transformación de la ciudad.

  • Ampliar las bases de consenso.

  • Descubrir nuevos sectores estratégicos.

  • Involucrar a la gestión privada en la responsabilidad de hacer mejor ciudad.

En varios ámbitos de desarrollo:



  • Participativo: compartir decisiones, información, financiación y recursos (p.ej. Turismo Barcelona, Barcelona Digital, 22@)

  • Consultivo: crear espacios de opinión y decisión sobre políticas públicas.

  • Operaciones: externalizaciones, concesiones, consorcios (educación).

  • Contributivos: en temas de promoción y emprenduría.

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