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reflexiones sobre administración pública inteligente

lunes, 7 de enero de 2008

Palancas de cambio hacia el O-gov



Hace algunos días (con las fiestas últimamente estoy llegando un poco tarde) leo dos interesantes reflexiones de Javier Llinares y Rutilio Alonso sobre el concepto de "open government", el cual ya hemos comentado en otras ocasiones supone un pilar fundamental de la Administración inteligente. En primer lugar, porque supone un cambio de estilo en la forma de gobernar con todo lo que ello conlleva en términos de nuevas prácticas de gestión pública. En segundo, porque la Administración pública, como instrumento de implementación de las políticas públicas, se ve directamente afectada al tener necesariamente que volverse más accesible, receptiva y transparente.


Estamos de acuerdo que, tal y como comentan Javier y Rutilio un importante cambio en cultura, procesos y organización va asociado al concepto de "open government", aunque el cambio cultural nos parezca el más fundamental ya que es el más profundo por su complejidad y los obstáculos que debe remover. A este respecto me gustaría comentar dos palancas claves para este cambio:

  • El liderazgo, político y profesional. Y resalto ambos porque me resultan igualmente necesarios. El primero porque su impulso y compromiso fijan directrices claras a la organización y las imprescindibles dotaciones presupuestarias. El liderazgo del Lehendakari Ibarretxe en la iniciativa de participación ciudadana konpondu que nos comentan desde Administraciones en Red es buen ejemplo. Pero también el de los profesionales públicos, que pueden bloquear, boicotear o demorar distintas inciativas políticas por muy lideradas políticamente que vengan. Algún día comentaré en un post los diferentes tipos de bloqueo que pueden darse en lo público a las diversas iniciativas, fenómeno éste muy peculiar y característico de la Administración que no tiene parangón en la empresa privada.

  • La tecnología, en especial la web 2.0, que se ajusta perfectamente a las necesidades planteadas por la "administración abierta" por sus atributos de participación, comunidad, suma de esfuerzos, protagonismo de los participantes, horizontalidad, etc. Realmente, aunque la tecnología cual herramienta debería ser el último eslabón de un proceso en el que previamente se ha actuado sobre procesos, organización y cultura, la realidad es que suele ocurrir a la inversa: la implantación tecnológica se realiza en primer lugar y a continuación se van modificando procesos y costumbres según el nuevo escenario planteado por la tecnología. Todo ello, sin ser lo deseable en ocasiones tiene un efecto positivo en procesos de cambio tan complejos como puede ser la implantación de la Administración abierta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está claro que el liderazgo es importante para el cambio. Por eso estamos buscando los directivos adecuados para las administraciones públicas ;-). Pero también habrá cosas que se pueden hacer cuando falla ese liderazgo. Una vez escribimos sobre "Liderazgo distribuido".

En cuanto al ejemplo de konpondu, me parece bien que el Lehendakari lidere un proceso de participación ciudadana, pero no está orientado al cambio cultural de la organización. Quiero decir que no me parece buen ejemplo para la idea de cambio cultural. Por otra parte, ya me gustaría que konpondu sirviera para que se pongan en marcha otros procesos participativos más "terrenales", donde creo que la ciudadanía tendría más que aportar. Lo de la violencia está ya demasiado politizado y podrido. Me parece muy difícil que las aportaciones de los ciudadanos puedan desbloquear las cosas, aunque todos los intentos son bienvenidos.

ocortes dijo...

@Iñaki, el concepto de Liderazgo distribuido me parece acertado y más en el contexto de las organizaciones en red. Por eso hablaba de liderazgo político pero también profesional, y no sólo al más alto nivel. Respecto a Konpondu, no sé los resultados que logrará y si afectará al las actuaciones políticas en el tema de la violencia. Probablemente no, porque como dices, es un tema muy ideologizado, podrido y enrevesado. Pero sí que es ejemplo de cómo un liderazgo político impulsa a la Administración a lanzar iniciativas de o-gov que, teniendo en cuenta a los ciudadanos, implique cambios internos motivados por los nuevos procesos diseñados y la necesidad de la información captada de la ciudadanía.