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reflexiones sobre administración pública inteligente

lunes, 28 de julio de 2014

Tres retos, tres, en materia de gobierno abierto

Tantos los ítems que tienen que ver con el concepto de gobierno abierto y tan variado su nivel de definición, desarrollo y aplicación que no es fácil identificar cuáles son los retos de futuro. Por descarte, parece claro que en el esquema teórico o conceptual no está el debate: está lo suficientemente avanzado para considerar que el gobierno abierto es un modelo sólido y comúnmente aceptado que es un paradigma de gestión pública en este siglo XXI.

A mi entender hay tres grandes retos pendientes: 

  • Adaptar estructuras. Si queremos que una Institución sea abierta tienen que existir mecanismos internos que garanticen que lo sea: recursos, procedimientos, normativa interna, incentivos / sanciones, controles, responsabilidades. Tiene que existir un diseño organizativo específico que garantice por ejemplo la aplicación automática de la transparencia activa - sin depender de los intereses o decisiones de fulanito o menganito- o que las respuestas a peticiones de acceso a la información sean diligentes y eficaces - con sistemas que detecten si ha habido retrasos, dónde y por qué causa
  • Medir y rendir cuentas sobre cuán abierto es mi gobierno. Los políticos hablan en demasiadas ocasiones de transparencia y apertura pero las palabras se las lleva el viento y lo que quedan son los hechos. Poner el cascabel al gato en este asunto es complicado. El trabajo de organismos independientes privados sin ánimo de lucro, como el ranking de Transparencia Internacional, es tan bien intencionado como insuficiente. Medir la transparencia por lo que vemos en una web institucional es una manera aceptable para disponer de algún tipo de información - más aún si se valora el que la información se ofrezca más allá de un PDF en web- pero si no existe la fuerza de la autoridad para auditar o fiscalizar en términos que se puedan exigir y valorar aspectos como la fiabilidad de lo que se informa o la organización interna que existe para lograrlo, es insuficiente.
  • Profundizar en la democracia deliberativa. Es uno de los aspectos más solicitados de la sociedad y de él se hace eco una parte importante de la doctrina del gobierno abierto. Pero sólo en la teoría; en la práctica cuesta encontrar fórmulas - alguna fallida como el caso de la reforma de la Diagonal de Barcelona- para una integración más intensa y directa de los ciudadanos en los procesos de diseño, formulación e implantación de políticas públicas. Los instrumentos están. Faltan las decisiones de hacerlo y definir las condiciones adecuadas para que haya un desarrollo consistente en este sentido.

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