PPPs en España y GB: decálogo de conclusiones (y III)
Con este post terminamos la serie que en los últimos días hemos dedicado al estudio de los partenariados público-privados (PPP) a partir de la publicación Public-private Partnerships en España y Reino Unido: oportunidades y retos del Centro PWC&IE del Sector Público.
Vamos a destacar un decálogo de conclusiones:
- Los PPP son una alternativa a la provisión pública en sectores con alta demanda y recursos escasos.
- El panorama español es positivo. Pero: los proyectos todavía no han estado operativos un número de años suficiente y hay tal opacidad que no hay crítica.
- La transparencia en todo el proceso es fundamental. Es necesiario un seguimiento continuo para conseguir tres objetivos: a) asegurar que el PPP va a generar mayor eficiencia; b) que dicha eficiencia se mantenga a lo largo de la vida del proyecto; c) aceptar la posibilidad de introducir modificaciones que se adapten a los cambios producidos en la vida del contrato.
- Hay una tendencia excesiva a no definir bien los riesgos, especialmente el riesgo de demanda. Los socios privados, para ver rentable el proyecto, suelen exigir una garantía de rentabilidad, por lo que el socio público (al final los contribuyentes) a lo largo de la vida del proyecto acaba asumiendo más riesgos. Esto hace que el coste final del proyecto pueda ser mayor si no se redactan bien los contratos equilibrando los riesgos.
- Es muy importante definir con claridad los mecanismos de control para asegurar la calidad de los servicios prestados. Al final, no olvidemos, si el servicio no funciona los ciudadanos mirarán a la Administración no a la empresa que lo presta.
- La experiencia en el Reino Unido hace que el proceso de aprendizaje sea largo, con muchos errores que se han intentado corregir. Con procesos transparentes y bien gestionados los errores afloran y son más fáciles de corregir.
- La decisión de poner en marcha un PPP debería estar más basada en comparar si los resultados de calidad y costes van a ser mejores que con una provisión pública. La realidad, sin embargo, es que a menudo los PPP se utilizan cuando las arcas públicas no tienen fondos, para dejar fuera del balance público elevadas las cuantías de los proyectos o por cuestiones meramente ideológicas que confían más en el desempeño de lo privado que de lo público.
- Hay que tener cuidado con mercados secundarios que se empiezan a formar alrededor de las PPP. El cambio en la propiedad del proyecto puede implicar cambios fundamentales en las características del mismo.
- No existen garantías de que un proyecto PPP vaya a ser por su propia naturaleza menos costoso que la provisión pública.
- Son necesarias unidades administrativas centralizadas (normalmente en Ministerio Economía), con un campo de actuación transversal para coordinar y gestionar un proceso tan complejo como éste. Pasar de contratista a gestor no es nada fácil.
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