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reflexiones sobre administración pública inteligente

miércoles, 21 de octubre de 2009

La e-sanidad que viene


Interesante el artículo sobre e-sanidad que publicó el diario El País el pasado lunes. Aunque lo podéis leer completo aquí, me gustaría destacar en este post las ideas principales sobre las palancas y frenos que afectan al empleo de las TIC en el ámbito sanitario.


La sanidad es uno de esos servicios públicos esenciales que más fuertemente está sometido a las tensiones producidas por los desajustes entre una demanda creciente (cambios en el entorno social) y una oferta condicionada por una crisis fiscal que previsiblemente tenderá a agudizarse en los próximos años. En ese sentido, su sostibilidad en condiciones de equidad, universalidad, calidad y gratuidad pudiera verse comprometida para próximas generaciones.

La aplicación de las TIC se presenta como un instrumento clave para descomprimir el sistema. El momento de saturación puede ser precursor del cambio. Herramientas como gestión automatizada de citas previas, recetas electrónicas (pacientes crónicos), telediagnósticos, monitorizaciones a distancia, kioskos autoservicio, historia electrónica centralizada, etc. bien pueden servir para reducir colas, listas de espera o desplazamientos a los centros sanitarios/hospitales, liberar a profesionales sanitarios tiempos no destinados a actividades esenciales o permitir una atención más cuidada, personalizada y eficaz a quienes la necesiten.

Por otra parte es un negocio emergente que se vislumbra cuantioso: 60.000 millones de euros que no están nada mal. Desde luego, un buen acicate.

Nuestras estructuras de salud y de regulación son rígidas y por ello también hay inconvenientes a tener en cuenta. Burocracias profesionales como las sanitarias demandan un tacto especial con sus miembros cuando de poner en marcha proyectos de amplia transformación se trata; por ejemplo, no involucrar a los profesionales sanitarios suficientemente durante el proceso, haciéndoles partícipes simplemente al final en forma de hechos consumados planteará problemas. Igualmente es todo un reto hacer converger hacia sistemas similares y compatibles a administraciones sanitarias de diferentes regiones en países descentralizados.
Por otra parte están las cuestiones legales y regulatorias. Las normativas de protección de datos, más sensibles aún en el ámbito sanitarios, dificulta compartir el historial sanitario entre médicos de distintos paíse; otra cuestión sensible es la de responsabilidad de actos médicos cuando hay varios intermediarios y a distancia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Un dato para entender la magnitud del tema. Familiares farmaceuticos me indican que se estima que la próxima introducción de la e-receta se estima conllevará un decrecimiento del 40% en las visitas a los centros de salud. No hace falta ser economista para descubrir las implicaciones de ahorro público derivado.

Francisco Lupiáñez-Villanueva dijo...

"La aplicación de las TIC se presenta como un instrumento clave para descomprimir el sistema". Esta afirmación plantea la paradoja de la aplicación de las tecnologías, TIC incluídas, en el sector sanitario.

Estos avances han sido determinantes en la mejora de la salud, pero al mismo tiempo, se observa que la tecnología es el mayor inductor del gasto sanitario. Los estudios recogidos por la OECD (2005) muestran que, a pesar de las dificultades para imputar el aumento de costes al cambio tecnológico (Cutler & McClellan, 1996), cerca del 50% del total del crecimiento del gasto en servicios sanitarios puede ser atribuido al cambio tecnológico (Aaron, 1991; Newhaouse, 1992). Esta visión es mayoritaria entre los economistas de la salud (Fuchs, 1996).

Más información http://ictconsequences.net/uoc/internetsaludsociedad/capitulo-1/

rafa dijo...

por favor quisiera saber que nivel de evidencia tiene "la estimación de familiares farmacéuticos"

ocortes dijo...

@francisco lupiáñez-villanueva Interesante tu comentario y el enlace que aportas