La última remodelación ministerial y la Administración: ¿más costes o más beneficios?
Justo antes de Semana Santa va el presidente del Gobierno y hace una remodelación ministerial que de sorpresa más bien poco. Desde instancias gubernamentales se vende como un cambio necesario para afrontar la crisis económica, poniendo énfasis en el nuevo ritmo que va a adquirir la acción del ejecutivo (fotos e imágenes televisivas no han faltado durante estas vacaciones) así como en el peso político que se busca en este contexto.
Aunque algunos ilustres de la blogosfera pública han hablado ya del tema (Iñaki Ortiz y Andrés Morey) todavía es pronto para hacer valoraciones en profundidad; está por diseñar en detalle la nueva estructura de los ministerios afectados y es en ese momento cuando veremos cómo van a quedar cuestiones como la política de reforma de la Administración o la implantación de la Administración electrónica.
De momento lo que es oficial es el número extraordinario del BOE del pasado 7 de abril 2009, las comparecencias producidas y algunas valoraciones. Ésta es la mía :
El presidente ha perdido una oportunidad de oro para hacer un ajuste importante en la estructura de la AGE.
- Al menos en lo referido al número de unidades superiores/directivas y, por consiguiente, al número de altos cargos.
- De nuevo se cumple el principio de que en la AGE más bien se crea y se transforma que se destruye.
- Se mantienen los mismos ministerios (17) y tan sólo habría una secretaría de estado menos. Encima se crea una vicepresidencia nueva.
- No sólo no se ha aprovechado la ocasión para eliminar ministerios con escaso contenido (vivienda, igualdad, cultura, sanidad) sino que se añade uno más a la lista (ciencia e innovación, tras quitarle universidades). Está muy bien que nuestro presidente quiera darle mucho peso a dichas políticas sectoriales y para ello no tenga otra solución que darles rango de ministerios con sus correspondientes armazones burocráticos (especialmente subsecretaría/servicios comunes). Pero en el programa socialista la LOFAGE era una de las leyes que se querían reformar y precisamente era para eso, es decir, para racionalizar cuestiones de este tipo y permitir ministerios con estructuras más horizontales o dotar de rango especial a agencias en base a su importancia política. Veremos si se hace en lo que queda de legislativa.
- Tengo mis dudas de las reducciones de coste que habrá pero sí que hay costes que siempre aparecen cuando se hacen cosas de este tipo: costes del papel, cambio de rótulos, nuevos sellos de armas, membretes, mudanzas, cambios de teléfono, cuentas de correo electrónico, etc.
- Y otros costes más intangibles: después de los cambios ministeriales la Administración tarda entre 6 y 12 meses en ponerse de nuevo a velocidad de crucero para poner en marcha las nuevas directrices. Tras el nuevo gobierno de abril del 2008 ese momento había llegado recientemente; y ahora empezar de nuevo. Se perderán casi dos años con tanto cambio.
El MAP, después de una larga tradición en los gobiernos de la democracia, desaparece
- Sus competencias se reparten entre la nueva Vicepresidencia de política territorial (lo relativo a la preparación y ejecución de la política del Gobierno en materia de relaciones con las CCAA y EELL) y la Vicepresidencia primera/ministerio de presidencia.
- De esta última dependerá la nueva Secretaría de Estado para la Función pública, que previsiblemente viene a sustituir en su totalidad a la Secretaría de Estado para la Administración pública y de la que dependerá el desarrollo de la Administración electrónica, la política de gestión de personas en la AGE, la organización administrativa, la formación de empleados públicos (INAP) y la agencia de evaluación de políticas públicas (Aeval). Se incorporan también a este ministerio las funciones de coordinación de las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno.
- Coincido con las opiniones vertidas en los blogs que cité al principio. Con la información disponible me inclino a pensar que es positivo este encuadre en la Vicepresidencia primera, puesto que el peso político y la capacidad de coordinación transversal de la que dispone este departamento es mucho mayor que en un antiguo MAP que era un ministerio más. En este sentido si hubiera una verdadera voluntad de reforma de la AGE el encuadre sería el idóneo. El problema es que no sabemos si la hay, porque se habla poco de ello y cuando esto ocurre se hace con la boca pequeña.
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