Cuando pintan bastos todas las miradas acaban fijándose en la Administración pública y con más motivo se sacan a la luz viejos mitos, prejuicios y estereotipos acerca de lo público. Podemos comprobarlo en todas aquellas tertulias o artículos de prensa donde afloran permanentemente ideas, con cierto tufillo peyorativo, del tipo "en España hay demasiados funcionarios", "lo público es ineficiente e improductivo", "son unos privilegiados por tener empleo fijo y un buen puñado de derechos", "la Administración cuesta demasiado dinero", "la mayoría de los jóvenes quieren ser funcionarios", etc...
Encontrar razones objetivas de por qué ocurre esto la verdad no se me ocurre ninguna; por el contrario, sí creo que se aprovecha ese estado de ánimo pesimista y de cabreo generalizado que existe entre la opinión pública para obtener ciertos réditos y satisfacer un buen puñado de intereses particulares.
Paremos un poco el carro y seamos serios por favor. Lo primero que le diría a tantos que opinan con discutible conocimiento pero una buena dosis de autoridad mediática es que todo esto es demasiado complicado como para despacharlo de una forma tan fácil y simplona. Los que lleváis tiempo siguiendo este blog habréis podido comprobar que, en mi opinión, es imprescindible una reforma de la Administración pública española y uno de los ejes de dicha reforma debe ser un rediseño integral nuestro modelo de función pública. No lo digo ahora, con el calentón de la que está cayendo; llevo muchos años diciendo que nuestro modelo de empleo público está desfasado y urgen cambios. Para muestra algunos de mis últimos post al respecto:
- 50 medidas DE-CEP-CIO-NAN-TES
- ¿Acabamos con algunos mitos sobre los empleados públicos?
- Cuerpos administrativos, ¿para qué?
- La tocada de narices de los empleados públicos ... y de Granados
- Los estudios infinitos sobre la estructura de la AGE
- Una Administración cara e inflada de personal
- La crisis y el Estatuto del Empleado Público
- ¿Dónde se esconde el funkziona-web en la Administración?
- Directivos públicos: la pugna entre políticos y funcionarios
Recopilo, a modo de resumen, las ideas principales:
- Lo público y lo privado son diferentes y la Administración ni puede ni debe funcionar como una empresa. De acuerdo que hay muchas técnicas de gestión empresarial que pueden tomarse de referencia para la gestión pública pero, por favor, no pensemos en un copia-pega inmediato.
- La Administración es incorregiblemente poliédrica: diseño de políticas, ejercicio de autoridad, desarrollo normativo, control e intervención, planificación, o gestión y producción de servicios son cuestiones que poco tienen que ver unas con otras.
- Pensar en un único modelo de empleo público que sirva para toda la Administración es, en mi opinión, un error. Debería darse la vuelta al calcetín: en vez de extender el modelo de relación administrativa a todo el empleo público debería seleccionarse muy cuidadosamente los puestos que demandan la naturaleza de funcionario público, siendo éstos la excepción en una función pública de naturaleza laboral.
- El derecho a puesto de trabajo es imprescindible en cierto tipo de puestos, desde luego todos aquellos con un desempeño técnico o el ejercicio de autoridad o salvaguarda de los intereses públicos. El resto deberían estar dotados de una estabilidad garantizada, tanto más cuanto más valor aporten. No olvidemos que la continuidad, "memoria" en la actuación pública y objetividad son atributos fundamentales de lo público.
- Lo anterior no quiere decir que no exista un sistema de valoración del desempeño, desarrollo de carrera profesional y un modelo disciplinario que premie / sancione a aquéllos que no cumplan. Lo público debería estar dotado de un plus de exigencia.
- Es imprescindible invertir la pirámide actual. No tiene sentido que una Administración dedicada a la planificación, control y diseño de políticas como la AGE disponga de un número tan elevado de puestos administrativos, auxiliares y subalterno y carencias tan importantes en puestos de naturaleza técnica.
- El sistema de cuerpos demanda una revisión en profundidad. Es algo de otra época y no sirve más que de nicho para intereses corporativistas. Sólo tendría sentido en áreas muy especializadas, donde además debería limitarse la movilidad (los especialistas son demasiado valiosos como para que se fuguen a las primeras de cambio).
- No es cierta la afirmación general de "sobran funcionarios". Faltan en algunos ámbitos y sobran en otros. Evidentemente la AGE está sobredimensionada y es precisa una restructuración importante (la limitación de la tasa de reposición al 10% va en buena línea). Es cierto también que las CCAA y EELL han copiado lo malo de la Administración central y han desarrollado escasamente modelos propios alternativos, aunque algunas como Catalunya ya han empezado a hacerlo.
- Se demanda una función directiva profesional, en el sentido más amplio del término. Un "profesional en el sentido amplio" puede ser un funcionario que ha accedido por oposición o simplemente alguien con experiencia en lo público desde el sector privado. Pero eso sí, hay que conocer bien lo público y esto muchas veces desde el mundo de la empresa es difícil de entender.
- Intereses partidistas y corporativos hacen un flaco favor al desarrollo de una Administración pública puntera.
- Es matizable eso que los empleados públicos sean unos privilegiados y tengan demasiados derechos. Habría que pensar si el problema no estaría más bien en la calidad y el respeto a los derechos de los trabajadores en el ámbito privado.
- Es verdad que cada vez más personas piensan en lo público como salida profesional. Esto me lleva a una doble reflexión: por un lado sería bueno pensar qué está ofreciendo lo privado para hacerlo tan "poco" atractivo y por otro es cierto que quien entra en lo público a trabajar cada vez lo hace menos pensando en los valores de lo público y más por tener un trabajo estable que le permita llevar conciliar su trabajo con su vida personal.
Oscar, todo lo que dices es verdad y correcto. Pero los problemas de diseño de procedimientos para que se haga todo realidad son muy complicados. El EBEP no soluciona nada por si mismo y a mí, particularmente, no me gusta.
ResponderEliminarLas leyes no pueden ser sólo un elemento de propaganda política a cambiar por la oposición cuando gobierne, han de ser cauce de acciones y procedimientos pensados con anterioridad a su aprobación y que sea posible su eficacia o realidad.
Enorme post. Se lo paso a compañeros de la AGE que lo van a necesitar ya.
ResponderEliminarYo lo que digo es que, apoyándote en la mayor parte de tu exposición en cuanto a la necesidad de hacer cambio sen la AGE, hay un par de cosas que notamos los ciudadanos:
ResponderEliminar- Que los funcionarios están orientados al proceso y no al resultado (yo hago tal cosa y cumplo con eso pero no me preocupo ni de tener trabajo ni de mejorar el que estoy haciendo ni de que el trabajo que yo entrego a otro siga adelante). Y no digo ya de querer hacer cambios en el contenido de su trabajo. Yo, en 13 años, he tenido 5 puestos de trabajao distintos en dos organizaciones distintas.
- Que ante comprotameintos claramente negligentes, no se actúa o lo sprocedimientos son tan excesivamente garantistas que es prácticamente imposible qu ele ocurra nada a esa persona.
Que muchos aquí queramos ser funcioanrios es malo no por ser funcionario en sí sino porque lo qu equeremos es alcanzar el estereotipo de funcionario que tenemos y eso mata la inciativa. Ya hablamos aquíde que hay que "colocarse" más de que hay que "trabajar" o "emprender". Esto ya da una pista.
Muy interesante Oscar, lo he reseñado en el grupo de Facebook de Sociedad en Red.
ResponderEliminarOscar, una vez más has desmostrado que se puede hablar de reforma sin estridencias. Primero hay que poner las medidas sobre la mesa, analizarlas y, después, aplicarlas. No lanzar sin mas mensajes demagógicos aprovechando la que cae.
ResponderEliminarLa realidad es que parece claro que hay que hacer reformas y sin embargo, no se ve voluntad para acometerlas. Desde luego que analisis como el tuyo son son los ayudan y deben hacerse desde la serenidad.
ResponderEliminarLos mensajes estridentes, no se diferencian mucho de otros que se lanzan de otros temas, no es una cuestión del tema, es una cuestión de como se estan tratando ya muchas cosas, todo fuera de contexto y todo con mensajes catastrofistas y fuera de tono.
En cualquier caso, este tema debe solucionarse ya, aunque creo que precisamente ahora no es el momento, precisamente por la crísis, pero deberían fundamentarse las bases del cambio.
@andrés morey juan, el EBEP creo que fue un buen intento con razonables intenciones pero por muchos motivos ha acabado en algo que calificaría generosamente como mejorable. Fue una oportunidad perdida
ResponderEliminar@anónimo, la orientación a resultados es precisa pero, ojo, en muchos casos el resultado deseable es aplicar correctamente un procedimiento. Cierto que los procedimientos necesitan una vuelta y que también hay ámbitos donde el servicio y otro tipo de resultados más economicistas tienen su sentido.
@gabiotillo diego funcionario Ahora hay un foro donde se podrían poner muchas cosas en la mesa, la mesa Gobierno-Sindicatos. Dudo que se haga porque dudo de la voluntad política en este tema
@javier llinares, efectivamente estamos en una época de grandes manipulaciones y salidas de banca. Es una pena
En general, comparto tus ideas.
ResponderEliminarNo sé si el EBEP es una oportunidad perdida o si todavía estamos a tiempo de aprovecharla, porque está pendiente de desarrollo en la mayoría de las administraciones públicas.
Me parece muy importante que se avance hacia la profesionalización de la Administración pública, especialmente en los niveles directivos, porque es la única forma de que vayan calando las buenas prácyicas de gestión pública.
Por ejemplo, me parece imprescindible la evaluación de las políticas públicas, porque sin ella ¿cómo vamos a evaluar el desempeño? ¿en base a qué vamos a fijar los objetivos de los funcionarios si los órganos administrativos no los tienen?
Y, por supuesto, hay que analizar los diversos tipos de funciones existentes en las administraciones públicas, porque no vale el café para todos.
Como siempre, un placer darse una vuelta por este blog ;-).
He estado descolgado un tiempo de tu blog pero veo que sigue lleno de vitalidad.
ResponderEliminarOscar eres muy valiente y me alegra comprobar que hay personas que plantean abiertamente opciones distintas al "es así porque siempre se ha hecho así".
Hay mucho miedo a cambiar las cosas, pero yo, al contrario de otras opiniones, creo que las crisis son momentos de cambio y los más apropiados para hacerlos.
En las admninistraciones además nos falta autocrítica. El sistema piramidal efectivamente fomenta el servilismo y la opacidad. Por eso me ha gustado mucho tu propuesta de darle la vuelta a la pirámide.
Permíteme que sea pesimista respecto al papel de los sindicatos. Si hay sectores inmovilistas, ellos son los más. Esto lo he comprobado tanto en la privada como en la pública. Mucho tendrían que cambiar.
En fin son propuestas a difundir y debatir.
Animo y a seguir en la brecha.