jueves, 7 de mayo de 2009

TIC como huracán contra los chiringuitos de poder en las Administraciones


Una de las patologías más acusadas de nuestras Administraciones públicas es la proliferación de lo que podríamos llamar chiringuitos de poder. Los que trabajéis en lo público lo habréis captado rápidamente; para los que estéis menos familiarizados con la dinámica interna de la Administración os comento que el concepto es amplio pero se referiría a todas aquellas estructuras formales (con reflejo orgánico) o informales que habitan en el seno de las instituciones públicas y de forma más o menos coordinada/elaborada despliegan todo tipo de acciones en defensa de sus intereses particulares.

Los "chiringuitos de poder" son innatos a la Administración y forman parte de la esencia de la difícil cultura administrativa. Tienen su origen, aparte de en la naturaleza de las personas y otras cosas, en la propia estructura interna de la Administración y sus dinámicas de funcionamiento: p.ejemplo, la jerarquía, el sistema de puestos de trabajo, la posición frente a la política, la carrera profesional, el sistema de cuerpos, etc. Pueden adquirir formas muy variadas: unidades orgánicas (no pensemos en grandes estructuras, ni en nobles despachos con sofás, suelos de parqué o banderas oficiales; los chiringuitos de poder pueden alcanzar el tamaño infinitesimal de un ordenanza), afinidades corporativistas , intereses según la naturaleza de la relación laboral, castas funcionariales, etc.

Su efecto es directo sobre muchas de las innovaciones pretendidas en la Administración, efecto que normalmente no es positivo, representando sin duda un factor crítico a tener en cuenta cuando de poner en marcha proyectos de este tipo se trate.

Una de sus manifestaciones fundamentales se da con la gestión de la información (también con otras cuestiones como el trabajo colaborativo). Aquello de que la información es poder tiene toda su vigencia en la Administración pública: la información se emplea con demasiada frecuencia como instrumento de poder, a todos los niveles, tendiendo a administrarse, dosificarse, exhibirse o guardarse según convenga. La tecnología es un magnífico antídoto para echar abajo estas barreras: la captación de datos de forma automatizada, el procesamiento de los mismos, la regulación del acceso a los niveles que convenga, la integración de sistemas (suprimiento las herramientas "locales" de naturaleza artesanal), etc. aportan neutralidad, transparencia y estructuras de gestión más planas, desactivando conductas humanas que pretendan ser interesadas.

.... Ahh.. y como siempre decimos, no tienen que ser grandes desarrollos... esta filosofía también puede afectar a las pequeñas cosas del día a día de cualquier organización pública.

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