El pasado lunes 25 de noviembre presenté en ESADE Madrid mi nuevo libro "Líderes públicos en la nueva economía: 100 ideas para un cambio en la Administración".
Gran expectación, lleno hasta la bandera y encantado de compartir mesa con buenos amigos como el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Rafael Catalá, el exministro Jordi Sevilla, además del profesor Angel Saz, director de ESADEGeo y Enrique Verdeguer, flamante director de ESADE Madrid.
El acto giró en torno al leit-motiv principal del libro, el cambio en la Administración, que como dijo Enrique Verdeguer, "si existe hoy un tema fundamental, es ese precisamente". Según Jordi Sevilla. "queda
pendiente la reforma de las administraciones públicas, una
asignatura no aprobada pese a los indudables cambios producidos también
en la Administración desde el inicio de la democracia, como la nueva
estructura territorial del Estado, la implantación del Estado de
bienestar y ahora, más recientemente, la introducción de la tecnología. Se precisa un pacto por el cambio entre políticos y funcionarios"
Como dijo Ángel Saz "en un mundo diferente, es necesaria una Administración diferente". Precisamente por ese motivo mi intervención se centró exponer cómo el libro analiza la tensión actual entre lo viejo que no se acaba de ir (la burocracia y sus derivaciones patológicas) y lo nuevo que empieza a brotar (la nueva economía, la cibersociedad); los valores clásicos frente a los valores emergentes de una nueva cultura digital que significa compartir
y reducir actitudes autosuficientes.
El dilema entre lo viejo y lo nuevo , plasmado en reformas planteadas desde el continuismo burocrático frente a reformas como las que apuesto en mi libro que tengan presente las características de la nueva sociedad:
una Administración de nueva generación, postburocrática y con capacidad
de cambio con las dificultades que esto conlleva en la
función pública española.
Precisamente la dificultad de los cambios protagonizó buena parte del debate. En esta
línea, Sevilla resaltó la ambivalencia entre el sector público y el
privado: "en los últimos 30 años, en el sector privado ha habido cuatro o
cinco grandes cambios, mientras que en la Administración no hemos
pasado de confeccionar libros blancos", mientras que yo me referí a que "a la Administración no le queda otra que
reconectar con la sociedad" y a provocar preguntándome si el "el modelo político tradicional podrá a soportar el tsunami 2.0 que se
empieza a sentir en la sociedad"
Finalmente todos concluimos que el futuro inmediato está en lo que
se denomina "gobierno abierto", resituar al ciudadano en el centro de la gestión pública. Un camino que de rosas precisamente no es.
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