miércoles, 25 de abril de 2012

Un sector público improductivo, con matices

Hace unas semanas asistí en el Ayuntamiento de Madrid a la conferencia "Recursos Humanos en contexto de crisis" que impartió el profesor Francisco Longo, director del Instituto de Gobernanza y Dirección Pública de ESADE. Os transcribo algunas de las notas que tomé por si son de vuestro interés; por supuesto son afirmaciones y datos sujetos a todo tipo de opiniones.

El profesor Longo inció su intervención reivindicando la necesidad e importancia del sector público, en estos momentos más que nunca. Por ello precisamente urge su reforma y más concretamente en el ámbito del empleo público que supone un 12% del PIB y es la partida más importante (en porcentaje) del gasto público.

¿Tenemos una Administración sobredimensionada? Si nos referimos exclusivamente al tamaño no. Ofreció datos que demuestran que España está algo por debajo de la media de los países de la OCDE en número de empleados públicos. Pero también se refirió a la evolución en la primera década del siglo XX, donde España incrementó su nómina de trabajadores sensiblemente más que la media de los países avanzados; así mientras que en la AGE la reducción ha existido pero escasa, el crecimiento de el empleo autonómico fue elevado después de las transferencias. No obstante, este crecimiento fue desigual: mientras que en Cataluña se llegó hasta una ratio de 3,3 empleados por cada 100 habitantes, en Extremadura lo es de 8,8. Por último, incidió que en España el recurso al sector privado para la provisión de servicios públicos es menor que en la OCDE.

¿Tenemos una Administración productiva? Según Longo no: la masa salarial pública ha crecido (en términos agregados) hasta el 2010 por encima de la media del país mientras que el trabajador público trabaja en promedio menos que la media europea. Posteriormente matizó estos números macro, refiriéndose que el salario superior a la media y el número de horas inferior se produce en segmento menos cualificado del empleo, mientras que en el más cualificado (representa un porcentaje menor) podría ser al contrario.

¿Tenemos un empleo público efectivo? La falta de efectividad de nuestras Administraciones se debe, en su opinión, a déficits en la gestión del empleo público. No existen mecanismos adecuados para gestión de personas. ¿Por qué? El modelo es uniforme y rígido, la burocracia un corsé demasiado apretado, la tasa de cualificación muy baja y no hay una cultura de management implantada.

¿Qué reformas son posibles? A corto plazo lo único que veremos son ajustes. Pero a medio-largo plazo deberíamos pasar del recorte a las reformas. Por ejemplo, pasar de un modelo único y homogéneo de empleo público a otro donde convivan diferentes modelos. Implantar prácticas avanzadas que equilibren mérito y flexibilidad: tecnificar plantillas, sistemas de valuación, flexibilidad en la compensación, dirección pública con gestores dotados de estabilidad y autonomía, diferenciados de los cuerpos y protegidos de la colonización pardtidista.



1 comentario:

  1. Gracias Oscar,

    se agradece el resumen. Confiemos en que las voces que piden reformas más allá de recortes se empiecen a oir.

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