El pasado lunes recibimos en ESADE Madrid a la secretaria general del Partido Popular M. Dolores de Cospedal dentro del ciclo de cenas-coloquio que venimos realizando en el Club de Dirección Pública. La selección de la invitada no fue al azar: teniendo en cuenta que el objeto era conversar sobre Política y Gestión pública y contando de antemano que el ponente tenía que ser un político de primera fila consideramos que además era conveniente que sumara a su perfil una experiencia contrastada como profesional de la Administración.
Dolores de Cospedal es probablemente una de las pocas (de los que hoy están en puestos políticos relevantes) que cumple este requisito. Y se notó. Su intervención inicial fue una declaración de principios sobre la nobleza del ejercicio de la política, la implicación personal y afectiva que demanda o lo inevitable de aplicar la ideología al ejercicio de la gestión pública porque es ésta el cauce para lograr la sociedad a la que, bajo el prisma de dicha ideología, cada uno aspira. A continuación repasó su trayectoria profesional y política para defender la idoneidad de llegar a la política desde el ejercicio profesional en la Administración ya que dicho ejercicio otorga conocimientos técnicos y del terreno muy útiles para poder hacer desde puestos políticos planteamientos realistas o tener la libertad necesaria para dejarlo en el momento oportuno no convirtiendo la política un medio de vida. Por último lamentó el desprestigio que en la sociedad española existe de las personas (políticos y trabajadores) que sirven los intereses públicos, a su juicio, infundado en la mayoría de las ocasiones.
Tras esta intervención se abrió un coloquio con casi veinte intervenciones en menos de dos horas de cena. Algunas de ellas iban más enfocadas a la situación política del país o a cuestiones internas de los partidos que a la temática propia del evento, las cuales nuestra invitada respondió sin ningún problema con algunos "off-the-record" (es lo bueno de no permitir la entrada a prensa). No es este blog el sitio donde referirse dichas cuestiones y me disculpais que algunas de sus "perlas" se quedaran allá en el comedor.
La mayoría, no obstante, iban relacionadas con el asunto que nos ocupaba (Política y gestión pública). Se debatió bastante sobre cuál era la mejor trayectoria profesional antes de llegar a la política: aunque Dolores de Cospedal defendió que una de las más idóneas era la función pública también consideró que empresarios con trayectoria acreditada podrían aplicar su experiencia de éxito a ocuparse de los asuntos públicos. No lo consideraba ni mucho menos contraproducente (salvando excepciones como el caso italiano) ya que a su juicio el perfil idóneo para el político sería el de una persona que tuviera una visión general que contara un su equipo con los mejores especialistas.
Otro de los aspectos más debatidos fue el funcionamiento interno de los partidos, el peso de los aparatos y la concentración del poder en manos de personas cuya única trayectoria, en contraste con lo comentado anteriormente, sería en el propio partido. Reconoció carencias en este sentido ya que según el modelo partitocrático español los partidos son burocracias, organizaciones de poder que pueden penalizar la democracia interna, la transparencia y la oferta a los ciudadanos de las personas más adecuadas, y no las que mejor se han manejado dentro del partido. En ese sentido, opinó que las listas abiertas podrían ser parte de la solución aunque también admitió que siendo organizaciones de personas tiene que existir una estructura y unas normas que garanticen un funcionamiento idóneo para finalmente recordar que también los ciudadanos penalizan los partidos que son una jaula de grillos o que fórmulas como las primarias a veces dan pie a maniobras internas para ocupar ciertas posiciones de relevancia.
Fue sin duda un acto muy interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario