Año nuevo, regulador nuevo
Finalmente, tras casi dos años de retraso, el año nuevo nos ha traido el reglamento que desarrolla la creación de un nuevo organismo público con funciones de regulación, la Comisión Nacional del Sector Postal (CNSP).
Será en 2011 (si no hay retrasos de última hora) cuando se produzca la liberalización total de los servicios postales en nuestro país y es precisa la existencia de un organismo del Estado que regule de forma eficaz los numerosos aspectos de controversia que van a presentarse en un mercado ciertamente complicado en el que las legítimas aspiraciones mercantiles de los operadores privados deben permitir la prestación un servicio público de calidad, accesible, universal, a un precio asequible y que no suponga un lastre importante para Correos y Telégrafos, el operador público que lo tiene legalmente atribuido.
El escenario de nueva economía del que tanto hablamos demanda un sector público altamente cualificado en el ejercicio de las funciones de regulación en mercados crecientemente complejos (el postal es uno de ellos). Los organismos reguladores adquieren una importancia decisiva tanto en el mantenimiento del "juego limpio" entre los operadores como en la defensa del interés general en el funcionamiento de los mismos, más aún cuando se trata de servicios públicos.
Su composición y funcionamiento determinan en gran medida el éxito de su trabajo. En ese sentido, crear una nueva organización pública con la autonomía e independencia que demanda un órgano regulador debería ser un buen momento para poner en marcha esquemas organizativos y de gestión que, respetando los principios básicos de la actuación pública, sirvieran de tejido regenerativo en pro de un nuevo modelo administrativo. Algo que desgraciadamente no ocurre: bien se reproducen viejas estructuras administrativas con el correspondiente cambio de nombre (si dan continuidad a una actividad ya existente) o simplemente se copia-pega las de otros organismos más veteranos (si corresponde a una nueva actividad).
Para ilustrar la idea fundamental de este post podemos escoger el caso que nos ocupa, el de la nueva CNSP: no queda claramente garantizada su autonomía (al menos en lo que se refiere al nombramiento de sus máximos responsables) y existen todos los indicios que su estructura, relaciones de puestos de trabajo, procesos internos, etc. reproducen los de la subdirección general de regulación de Servicios Postales del Ministerio de Fomento de la que nace.
1 comentario:
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