Los frenos al desarrollo del open government
Dentro del debate que se está llevando a cabo en la blogosfera pública sobre el concepto de administración abierta (open government-ogov) hace algún tiempo escribimos sobre las Palancas de cambio hacia el "open government". Considerábamos el liderazgo (político y profesional) así como las nuevas herramientas TIC elementos clave. El primero para dar el impulso necesario así como para crear un entorno estimulante en el que se pueda desarrollar el proceso; el segundo como potente instrumento que posibilite la consecución de los objetivos de Administración pública transparente, accesible y participativa.
Ahora bien, tenemos que ser realistas. Si los mensajes de diversos actores que tienen que ver con lo público (partidos políticos con posibilidades de gobierno, instituciones multilaterales, asociaciones empresariales, civiles, profesionales, etc.) coinciden en reconocer la necesidad de lograr una Administración abierta y las nuevas tecnologías están ya lo suficientemente desarrolladas para posibilitarla (hay ya buenos ejemplos), ¿por qué todavía estamos al inicio y los avances son tan tímidos?
La respuesta puede ser que la fuerza antagonista que ejercen los frenos al proceso es aún muy superiores a la ejercida por las palancas de cambio en favor del mismo. Intentemos analizar brevemente cuáles son algunos de estos frenos:
- Ambiguedad del impulso político: ciertamente los programas electorales, las declaraciones de intenciones, o algunas iniciativas (sobre el papel) van en favor de la Administración abierta; pero también es cierto que la transparencia, la participación o la accesibilidad son todavía elementos que despiertan recelo entre los políticos. Conceder munición a la oposición al poner a exposición pública la verdadera gestión (con sus aciertos pero también con sus errores) u otorgar un verdadero poder ciudadano (que se escape al control) son elementos de mucho peso que provocan temor entre los altos responsables políticos.
- Cultura de las organizaciones públicas: supone un freno a muchos de los procesos de cambio y modernización en el sector público. Éste no podía ser una excepción. Por un lado, la creencia tan arraigada en estas organizaciones de que "la información es poder": prácticamente en cada mesa, en cada PC, en cada mente del empleado público (sea de la categoría que sea) hay información que se resiste a compartir. Por otra parte la costumbre habitual de manejar la información y los resultados de la gestión según la coyuntura (presentándola o no, sacando los datos de una manera o de otra, etc.). O el convencimiento tan instalado que la Administración es "todopoderosa" en sus conocimientos, en la capacidad de interpretar los problemas ciudadanos y en saber como solucionarlo. Son algunos de los ejemplos.
- Grado de madurez de la ciudadanía: se parte de la premisa elemental que la Administración abierta va a en beneficio de los ciudadanos y que éstos van a ser capaces de aprovechar todas sus potencialidades. Pero, ¿esto es realmente así? Dependerá de si gran parte de la sociedad quiere involucrarse en los asuntos públicos interesándose por cómo se gestionan y participando en la formulación y desarrollo de políticas. La realidad en muchas ocasiones es que lo que llamamos "ciudadanía" acaba siendo un colectivo apático, con poco interés , escasa conciencia crítica, que se conforma con emitir un voto cada cuatro años y a partir de ahí, dejar hacer.
Sirvan éstos como aspectos que hay que tener bien identificados para actuar sobre ellos en el desarrollo de estrategias de "open government".
5 comentarios:
Estimado Cortes, como siempre, su post meditado y certero.
Leía el domingo en la revista de un periódico, que 2 de cada 3 españoles de 18 años van en camino a leer con dificultad.
La apatía de los ciudadanos, es la siembra de muchos años de políticas de gratuidad. Piden, se les da, y no se exige nada a cambio.
La culpa es de todos un poco, todos tienen responsabilidades compartidas.. esta es mi humilde opinión...
Como siempre le insto a continuar en la senda, siempre realiza magníficos, oportunos y productivos aportes al open government!
Estoy totalmente de acuerdo en los tres aspectos.
Una opción sería la creación de nuevas leyes que dotasen de dinamismo tanto a las estructuras organizativas, como al PAC. También creo considerable que la Administración (sobre todo la local) tiene que empezar a utilizar herramientas de mkt para vender sus acciones, con el fin de atraer y motivar a esa ciudadanía apática y poco crítica.
A mí también me parece que la transparencia está muy bien como concepto. Incluso está en el Programa del PSOE crear una ley para el acceso de los ciudadanos a toda la información de las administraciones.
Pero en un contexto tan sobrerregulado como el actual, la gestión diaria está plagada de imperfecciones, necesarias por otra parte para poder movilizar, con mucho esfuerzo eso si, las actuaciones administrativas.
Conceder acceso a toda la información de gestión interna es dar munición para que cualquiera con intenciones litigantes pueda paralizar en la práctica el funcionamiento de cualquier organismo o institución.
Con ello no quiero decir que no deba haber transparencia, sino que no es posible hablar de mejoras en la transparencia sin una simplificación radical del funcionamiento actual y de la normativa aplicable a las Administraciones Públicas.
Hola Oscar:
Veo tu blog y veo que es muy interesante, creo que tratas algo que será importante en el futuro, pero como bien dices los políticos, siempre los políticos, son una maldición bíblica.
Por otra parte me parece que cuando se utiliza para la administración pública terminilogía típica del management, no lo veo claro. Me refiero a liderazgo por ejemplo. ¿Cómo ejercer el liderazgo entre funcionarios? Si das con la clave, te forras.
Un saludo desde Granada.
Chema
Efectivamente estos pueden ser 3 frenos a tener en cuenta.
Así com el último es legitimo, es posible que los ciudadanos todavía no estén preparados para asumir un gobierno open, los 2 primeros deberán adaptarse a fuerza de que si que haya ciudadanos que estén preparados y que estén demandando ese tipo de Administración.
Creo que es verdad que todo esto pueda estar ocasionando algo de miedo, pero es miedo a lo desconocido y por el mismo motivo también les da miedo quedarse a trás o quedarse fuera.
En cuanto a la cultura de la propia Administración, estamos todos de acuerdo hay que cambiarla, independientemente de la velocidad que vayan teniendo los cambios la cultura organizativa se ha quedado fuera de ritmo en los cambios que se producen a nivel social. Es como si tuviesemos una Administración y una sociedad desacompasada, demasiado desacompasada.
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