domingo, 2 de diciembre de 2007

Administración 2.0 entre manguitos y visera


Sin duda la red de blogs incluye personas, en este caso del ámbito público, orientadas a la creatividad e innovación con ideas rupturistas que provoquen auténticos cambios en el funcionamiento de lo público. Estos innovadores son la vanguardia en la modernización administrativa. Aunque no son los únicos; también hay núcleos aislados de innovación en las organizaciones públicas que no forman parte de ninguna red pero en sus reducidos ámbitos de influencia obtienen logros interesantes. El problema es que estos polos de innovación todavía no han logrado alcanzar la verdadera cultura del sector público, no por carecer de capacidad e intensidad sus propuestas sino por la fuerte coraza de la que éste se ha dotado para mantener sus intereses de clase, en detrimento de los intereses de la sociedad.


Así por ejemplo, de forma habitual podemos leer en la blogosfera pública interesantes comentarios sobre Administración 2.0 (muy recomendables las entradas de Félix Serrano sobre la Administración 2.0 y sus antecedentes en la 1.0 y 1.5). Pero la penetración de este tipo de conceptos requiere romper la coraza que mencionábamos antes, la cual desgraciadamente se mantiene dura como una piedra.


Pondré una serie de ejemplos que he vivido los últimos días. El miércoles, un amigo funcionario del grupo D que recientemente ha pasado de una empresa pública a una subdirección general de un ministerio me contaba que era el tuerto en medio de los ciegos porque sabía manejar la aplicación access de bases de datos que, ninguno de sus nuevos compañeros conocía (alguno todavía estaba en el word perfect !). Eso sí, desde el primer día se esforzaron en explicarle cómo se debía archivar la ingente cantidad de papeles que acarreaban los distintos procedimientos. Al día siguiente, cenando con un amigo que es alto cargo en la Administración me indicaba que no entendía cómo podía ser que tuviera que dedicar diariamente más de hora y media a firmar papeles y papeles. Por último, el viernes, mientras esperaba para despachar con mi director observaba cómo una de sus secretarias estaba anotando, a mano y ¡eso sí! con una letra perfecta, en el Libro de Registro los diversos escritos de entrada y salida.


Situaciones como éstas, que vivimos a diario en el sector público, forman parte de esa coraza cultural tan difícil de romper y que hace que cuando hablamos de Administración 2.0 podamos alucinar un poco. Pero todo llegará.

3 comentarios:

  1. Siendo positivos, tal vez estos funcionarios predigitales puedan cambiar de forma más fácil que los que yo llamo "funcionarios office". Por lo menos, no tienen que desaprender: parten de 0.

    En todo caso, parece mentira que aún andemos así.

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  2. Una explicacion perfecta. Comparto contigo cada palabra escrita.

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  3. Gracias Oscar por tus referencias a mi modesta serie.

    Ya sabes que defiendo la utilización de la tecnología en las AAPP pero siempre aplicada de forma inteligente. Y también contando con los que tienen el "know how" y la competencia. Muchas veces la tecnología no se acepta por el temor a que los que antes hacían una cierta labor dejen de ser necesarios.

    Como anécdota, el WordPerfect era muy aceptado en los Ministerios, a pesar de no ser el más fácil de usar, por estar pensado para reemplazar la máquina de escribir, con su filosofía, y porque el funcionamiento no era nada intuitivo, de forma que el puesto de secretaria mecanógrafa seguía siendo necesario.

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