El pasado 23 de enero tuvo lugar en ESADE un acto titulado "Más allá de la Nueva Gestión Pública". La mesa la componían M. Villoria, E. Zapico y F. Longo, tres ponentes de gran prestigio en el área de la gestión pública que además habían participado con sendos artículos en la edición especial de la revista Ekonomiaz titulado "De la Nueva Gestión Pública a la Gestión Pública Innovadora".
Como resumen de lo que se dijo os transcribo literalmente el post que ha publicado Antonio Díaz en su blog Administración Inteligente.
La aparición del último número de la revista ECONOMIAZ, fue la excusa para que el profesor Angel Sanz
organizara una interesante mesa redonda en ESADE, bajo el sugerente
planteamiento de hacer una revisión, tras más de 20 años, de los
enfoques de la Nueva Gestión Pública, y las líneas de innovación sobre la misma de la mano de tres“autoridades” en la materia, los profesores: M. Villoria, F. Longo y E. Zapico. Intentaré resumir una interesantísima sesión:
VILLORIA entiende la Innovación en relación a la solución de
problemas de la Administración, que necesita legitimarse en torno a los productos, servicios o regulaciones que produce, o bien en torno a los procesos, al cómo se hacen las cosas.
La innovación en productos/servicios, significa abordar 3 tipos de
problemas: 1- los que tienen que ver con la eficacia (diseño de buenas
estrategias, objetivos, indicadores, medición…) 2- los que tienen que
ver con la eficiencia (reducción de costes, calidad del gasto,
productividad,..) y 3- los que tiene que ver con el Impacto (control de
outcomes, hacer buenas evaluaciones,..). Por otra parte, la innovación
en torno a los procesos o la manera de hacer las cosas, se está
abordando con las llamadas políticas de Integridad. Aquí también
encuentra 3 vías de innovación: 1-adoptando estrategias para mejorar la
integridad (códigos éticos, formación,…), 2-iniciando cambios de raiz
democrática (transparencia, participación, rendición de cuentas
permanente ..) y 3- abordando los problemas de parcialidad o
clientelismo (revisar sistemas de acceso al funcionariado,
meritocracia, flexibilidad,…)
Termina comentando el vector de innovación cristalizado como “Gobierno abierto”,
que pasa por mejores regulaciones -abiertas y participadas-, máxima
Transparencia -toda la información pública al servicio del ciudadano-,
Participación –quejas, redes sociales, .etc- y Colaboración –tanto
ciudadana en la detección de problemas y soluciones, como de otros
grupos de interés en la creación de conocimiento. Todo ello nos apunta a
una nueva forma, innovadora, de entender ese Gobierno y Administración
abierta .
ZAPICO se interroga sobre los presupuestos por resultados
¿qué innovaciones se han hecho o se pueden hacer? En 1º lugar el
modelo necesita planes previos con objetivos detallados. Para una
gestión estratégica del gasto hay que ser selectivos, elegir
prioridades y sobre ellas hacer un seguimiento preciso. Una vez
identificada la magnitud del recorte, la Innovación está en definir las no prioridades
(muy pocos lo hacen) y reasignar esos recursos hacia las prioridades.
Se encarga a las diferentes Agencias que lo hagan y si no cumplen, como
sanción se aplica un recorte lineal. El objetivo siempre es evitar el
incrementalismo e identificar bolsas de malgasto.
Otra vía de innovación es la coordinación y la cooperación. El presupuesto es un proceso de negociación compleja.
Crear interacciones, vínculos y foros internos: promover acciones
compartidas que signifiquen ahorros (se puede incentivar dejando
pequeñas bolsas presupuestarias para quien sea capaz de presentar
proyectos compartidos). Otra vía son los proyectos participativos, con
apertura del presupuesto a la sociedad y grupos de interés. Hay
experiencias interesantes.
Más allá del acceso a la información presupuestaria de manera
sencilla y contrastable -incluidos contratos y subvenciones-, habría que
compartir la lógica y métodos de presupuestación. Es necesaria una actitud abierta y mecanismos más transparentes.
LONGO plantea si podemos estudiar de verdad aquello que nunca hemos
implantado del todo en España, y extiende esta reflexión a muchos
aspectos de la NGP. Cree que el grueso del “repertorio” sigue vigente,
si bien se pueden identificar un conjunto de errores de implantación.
Algunos de ellos como: no considerar las externalidades negativas del
uso de incentivos de mercado (en salud), o problemas de diseño
institucional (más en el Principal que en las Agencias) o de dispersión
en las medidas. Más que una enmienda a la totalidad, ve útil aprender
de lo hecho, y poner en marcha lo no iniciado.
Estamos en una gran turbulencia, tanto por la crisis económica
(sostenibilidad, calidad del gasto) como Institucional (legitimidad de
lo público, corrupción, ruptura modelo territorial) y con unas
Administraciones oxidadas y abandonadas. Son tiempos de reformas de fondo -más allá de recortes- y de apelar a la innovación. Hay 2 peligros:
1-Lavado de cara con un proceso incremental de uso de la tecnología (no confundir el “open government” con la generalización de artilugios tecnológicos).
2- La vía muerta del “revival burocrático”, discurso dominante
hoy en los “reformadores oficiales”. Todo se soluciona con algunas
palabras mágicas: centralizar, controlar, fiscalizar, racionalizar (como
resumen las “duplicidades y solapamientos”).
El repertorio burocrático tradicional no arregla nada importante
(¿hemos reducido el gasto corriente?). El tiempo exige refundaciones,
no diseños burocráticos de laboratorio (¿en qué va a quedar la reforma
local o la paga extra de los funcionarios?). No es nuevo decir que “no se cambia por decreto”, al igual que también sabíamos que “para cada problema complejo siempre hay una solución sencilla, clara, concisa… e inadecuada”.
Necesitamos una innovación profunda en Gobernanza, que
requiere trabajar en varias direcciones: reconciliarnos con la
complejidad, diseños descentralizados, perder el miedo al caos aparente,
experimentar, evaluar y que la evaluación tenga efectos, aprender
-sobre todo de los impactos de las políticas-, y huir de recetas
ideológicas.
Lo más dramático, por ejemplo, de la reforma sanitaria en Madrid, es
la ausencia de evaluaciones previas y datos fiables para acometer algo
de ese calado.
Los cambios están más en introducir incentivos y desarrollar
capacidades que en reglas formales, en la coordinación y cooperación
interorganizativa, y en una buena cooperación público privada, apoyada
en evaluaciones. Esto requiere mayor profesionalización del management
público. Lamentablemente, las Administraciones tienen más capacidades
para resolver los problemas de estabilidad que para los de adaptación e
innovación.
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