lunes, 19 de octubre de 2009

La Administración pública en el contexto de la nueva economía


Seguro que la Administración pública va a verse sometida también al efecto post-crisis dentro de un contexto novedoso de nueva economía y nueva sociedad. Sobre ello reflexiono esta vez en la columna de opinión en Expansión.com que sale publicada hoy:


La Administración pública en el contexto de la nueva economía
Publicado el 19-10-2009 , por Oscar Cortés. Vicepresidente del Club de Dirección Pública Esade Alumni


Tal y como ha anunciado en diversas ocasiones el presidente del Gobierno su ejecutivo lleva trabajando semanas en la redacción de la llamada Ley de Economía Sostenible, que pretende ser el instrumento normativo marco para el cambio en el patrón productivo de nuestro país.


Es previsible que la ley sirva de punto de partida para una política pública que, acompañada de sus correspondientes planes y presupuestos, tenga por objeto el estímulo de ciertos sectores productivos conocidos como Nueva Economía: tecnología, innovación, medio ambiente o dependencia.


El desarrollo de esta "Nueva Economía" se producirá en un contexto social crecientemente complejo y sofisticado, en vertiginosa evolución, afectado por cambios demográficos, culturales o sociológicos; es decir, en un contexto de "Nueva Sociedad".


La pregunta es cómo se desenvolverá en este nuevo teatro de operaciones un sector público como el nuestro cuyo diseño y funcionamiento fue ideado para escenarios radicalmente distintos a los actuales. En efecto, las Administraciones españolas siguen aún, en su conjunto y con carácter general, las pautas del modelo clásico de organización burocrática, modelo pensado en su día como el más eficaz para el cumplimiento del llamado contrato legal por el que los ciudadanos-administrados ostentan derechos que la Administración ha de garantizar de forma objetiva e independiente.


A duras penas la creciente demanda de una prestación con calidad, eficacia y eficiencia de servicios públicos derivada del Estado del Bienestar ha ido exigiendo la introducción de algunos elementos modernizadores en la gestión pública pero ello no ha supuesto alteración en la esencia de la pauta administrativa.


Puede no ser suficiente. La salida de la crisis y los escenarios de Nueva Economía y Nueva Sociedad nos deparará la necesidad de un sector público con roles específicos muy diferentes de los desplegados hasta la fecha.


En primer lugar un sector público más líder, impulsor de un renovado papel institucional, más activo en la promoción, generación y transmisión de confianza necesaria al resto de los agentes sociales. Más socio, incorporando desde la esfera pública nuevos modelos de gobernanza capaces de articular nuevas alianzas multisectoriales que aglutinen diversos actores públicos, privados y sociales desde innovadoras perspectivas cooperativas y participativas.


Más coordinador, en el sentido de poder responder a los desafíos derivados de una arquitectura institucional más compleja en número, tipología, niveles de responsabilidad y juegos de poder. Y, por último, más especialista porque problemas complejos demandan focalizar esfuerzos, afinar análisis y aportar soluciones concretas y eficaces.


En definitiva, una Nueva Economía y una Nueva Sociedad también demanda una Nueva Administración que incorpore estas nuevas necesidades sin abandonar los elementos esenciales de su razón de ser.

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