Las Administraciones públicas acumulan toneladas de información de muy diversa naturaleza. Ponerla a disposición de la sociedad es uno de los rasgos significativos del Open government. Una cultura de reutilización de la información en el sector público tiene claros beneficios en términos democráticos, de transparencia y calidad.
El gobierno español, a través de la SETSI y RED.es, tiene firmes intenciones de impulsar esta buena práctica en nuestras Administraciones, y para ello ha puesto en marcha recientemente el proyecto Aporta. Es en el marco de dicho proyecto donde la semana pasada se celebró el III Encuentro Aporta "La reutilización de la información del sector público en Europa" al que pude asistir parcialmente.
Aparte de saludar a algunos colegas de las redes sociales (Alorza) y desvirtualizar a otros (Josema Alonso, Sebas Muriel, Nagore de los Ríos o Angel Maldonado) atendí con interés algunas de las exposiciones que nos ofreció el largo plantel de ponentes provenientes de distintos organismos públicos, asociaciones y empresas privadas que han hecho de la reutilización de la información un nicho de mercado. Aunque tengo que reconocer que no logré quedarme a algunas de las ponencias que, sobre el programa, me parecían más interesante os resumo brevemente algunas de las notas que tomé (todas las ponencias aquí)
John Sheridan, responsable de legislación de la OPSI (Office of Public Sector Information) nos contó cual es la visión desde la agencia pública que ordena esta materia en el Reino Unido. Como en otras ocasiones, los británicos van por delante en prácticas de reutilización contando además con este organismo propio que tiene formato de agencia (¿cuándo nos llegará a nosotros?). Dan así suma importancia a las políticas de gestión de la información como herramienta clave para el desarrollo socio-económico del país. En concreto, la OPSI además de encargase de definir y desarrollar esta política pública, tiene competencias sobre regulación y estándares así como capacidad para proporcionar servicios. Sin duda lo que me pareció más significativo de su ponencia fue el enfásis con el que destacó el cambio de escenario como uno de los motivos principales para impulsar estas políticas: del viejo mundo donde la Administración está en su pedestal marcando bien su territorio frente a su entorno a un nuevo mundo en el que diversos actores comparten un mismo y rico ecosistema de relaciones múltiples y cambiantes.
Alorza tuvo que moderar la mesa de la tarde. Moderar una mesa de seis ponentes, justo después de comer, y con un tiempo limitado no es fácil; pero lo hizo bien y con eficacia. Distintos agentes reutilizadores contaron sus experiencias en esto de sacar rendimiento a la información en poder del sector público:
Michael Nicholoson, presidente de Intelligent Addressing, nos habló del problema que surge cuando un reutilizador privado hace fuertes inversiones en el desarrollo y comercialización de productos que añadan valor a la información, encontrándose luego con el problema de no poder patentarlos y tener que competir con las propias Administraciones. Tras 10 años que llevan litigando para resolver este conflicto su conclusión no fue nada esperanzadora: el gobierno no es capaz de aplicar su propia política.
María Jesús Fernández Ruiz, responsable de la web del Ayuntamiento de Zaragoza nos contó el proyecto Tu Ruta gracias al cual cualquier visitante de la ciudad puede obtener una visita recomendada según sus intereses. Se trata de una iniciativa que aprovecha la información dispersa en 60 portales, otros datos públicos (Catastro) y privados (Google). Todo ello lo logran aplicando tecnologías semánticas (modelizar intereses, generar rutas por algoritmos) y sobre todo gracias a los estándares web que les proporcionan mejor servicio y una gestión más efectiva.
Jaime Gómez Obregón de ITEISA nos explicó cómo su empresa ha conseguido aportar mucho valor a la información de precios de combustibles que proporciona el Ministerio de Industria. El problema que encontraba el usuario que accedía al portal público era su escasa usabilidad y que no permitía recoger datos sociales (usuarios opinando sobre cómo mejorar). Así de una pequeña idea surgió un gran proyecto.
Para Carlos Fernández Iñigo, director adjunto de Informa D&B es imprescindible poner un poco de orden en el proceso de generación de información para evitar que el mismo dato se pida de muchas formas, por mucha gente y con muchos signficiados. Para ello recomienda unificar el lenguaje con estándares, simplificar canales, y que cuando un mismo dato esté en el sistema no vuelva a entrar de nuevo manualmente (cadena del frío).
Natalie Merritt abogada senior de Meteogroup se quejó también de las disfunciones en los mercados de reutilización de información. En su caso, al necesitar acudir a los servicios meteorológicos nacionales, se encuentran con una heterogeneidad en la disponibilidad de la información, barreras de acceso y diferencia de tarifas. Sugiere marcar bien los límites entre lo que es el servicio público y lo que es negocio para que los operadores públicos se centren en lo primero y no distorsionen el mercado en el segundo.
Por último, Lluís Faus, director de Vlex se despachó con pocas ideas pero muy sencillas y potentes: la autorización para reutilizar por parte de las Administraciones no es uniforme; las condiciones de reutilización son muy diferentes (en formatos, precios, etc. ); en ocasiones, la información no es exhaustiva o es incompleta; la información primaria debería ser gratis para que los agentes privados añadan valor.
Sobre esto último creo que es preciso un debate más profundo. Me hubiera gustado haber podido asistir a la mesa sobre licencias y precios. ¿Es lícito que la "materia prima" para reutilizadores privados que hacen negocio con ella sea gratuita? ¿En qué condiciones? ¿Cómo debe retornarse ese valor a la sociedad? Tengo mis dudas.
Gracias por la extensa crónica, Óscar. Me viene muy bien.
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