El éxito de las ideas sencillas
En no pocas ocasiones hemos podido comprobar cómo grandes proyectos, planes ambiciosos, reingenierías imprescindibles chocan con el muro infranqueable de lo público y acaban en el cajón, la papelera o simplemente el olvido. La experiencia dice que cuanto mayor es la dimensión de este tipo de planteamientos menor el éxito de los mismos.
Hay opiniones, sin embargo, en el sentido contrario: si abarcamos mucho y tiramos muy alto, por poco que consigamos ya habremos avanzado. Ese es el plantemiento habitual cuando, por ejemplo, se ponen fechas límite inverosímiles para leyes de hondo calado: por ejemplo, el 2010 para la LAECSP.
En entornos muy públicos especialmente complejos (p.ejemplo, la justicia) los pequeños pasos pueden suponer mejoras importantes y servir de empuje necesario para un cambio paulatino de la cultura interna. Mejor, normalmente, que las obras grandilocuentes. Eso nos contaba hoy en la comida un amigo sobre un sencillo sistema de gestión de colas recientemente implantado en la sede judicial de una CCAA española, servido por amables informadores con la imagen corporativa de la Administración correspondiente. Con esta idea, implantada en dos meses, el ciudadano tiene la opción de gestionar el tiempo de su mañana (puede dar un paseo o hacer la compra hasta la hora que le dicen que le va a tocar) y se lleva un buen sabor de boca por estar adecuadamente atendido; la Administración suprime la mala imagen de sedes judiciales desbordadas de personas y los funcionarios ven algo de luz en el túnel al no tener que soportar la presión psicológica de las mismas. ¡Eso sí! El problema de fondo, la saturación de los órganos judiciales, sigue ahí, sin solución.
Otra amiga comentaba que en este tipo de organizaciones públicas tan difíciles donde nunca cambia nada o lo hace de forma infinitesimal el reto verdadero es encontrar liderazgos políticos que realmente quieran dar el paso de algún cambio, aunque sea de baja intensidad. "Si nunca se ha hecho nada, ¿voy a ser yo el que se tire a la piscina?", "¿Y el coste de verme enredado? ¿es rentable?" Así piensan muchos ....
3 comentarios:
Lo dice la sabiduría popular: "más vale pájaro en mano que ciento volando". Lo que pasa es que los grandes megaproyectos que mueven muchos dineros tienen un encanto especial para los políticos, por algún motivo.
Tienes mucha razón. Y si dejaran en manos de los usuarios y del personal de atención la responsabilidad de esas pequeñas innovaciones, veríamos muchas más.
Tienes idea del Día del Emprendedor en Barcelona?
Podrías darme algún comentario?
saludos
juan
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